Navegando por la red, ayer me paré en una story de Instagram, donde preguntaba que era para ti la espiritualidad, y esa misma pregunta me hizo reflexionar bastante.
La gran mayoría de gente relaciona la palabra espiritualidad con religión, ya que si hemos estado educados en la religión católica, todos conocemos al Padre, Hijo y Espíritu Santo, no?.
Sin embargo, la religión no es la única que habla de lo espiritual y, desde el punto de vista filosófico, esta palabra puede tener otros significados.
Si hablo desde términos psicológicos, podríamos decir que la espiritualidad engloba todo aquello que abarcan los pensamientos, los sentimientos y las emociones que todos tenemos.
Si hablo como una persona terapeuta, conectada con la naturaleza y con una vida saludable, podría decir que es todo aquello que nos eleva, que nos conecta con la Tierra y el Cielo y que nos deja fluir.
Si hablo desde un pensamiento esotérico, la espiritualidad sería estar conectada con el más allá, que como algunos dicen "los de arriba" me hablan, o levitar cuando estás meditando.
Pero sabéis qué pasa, que demasiado a menudo oigo a muchas personas llenarse la boca de que "yo soy muy espiritual, pero no religioso" , porque han empezado a ser terapeutas, a meditar, a salvar animalitos, a dar consejos a troche y moche a la gente, a llorar en público, compartir el dolor de los demás y mostrar sus sentimientos porque eso los hace más espirituales, a sentirse superiores y enseñar a los demás sin conocimiento de causa, a ser, como digo yo, unos "happy flowers".
Y cuando indagas un poco en esas personas, o las conoces, ves que de todo eso, de toda esa apariencia que quieren mostrar a los demás, ellos no tienen nada, ya que son los primeros en criticar, en juzgar, en no aplicarse el cuento, y que luego solo es un postureo que muestran en las redes sociales y de cara al aparador de la sociedad.
Pienso que la espiritualidad tiene un enorme poder y es otorgar la fuerza necesaria para alcanzar logros o metas. Es mucho más que fuerza de voluntad. Se basa más bien en la convicción y en el deseo de superar niveles y de alcanzar mayor trascendencia.
Y para establecer una conexión genuina con aquellos valores en los que realmente crees no tienes que apuntarte a un curso de yoga o meditación, ni pedir una audiencia con el Dalai Lama, tampoco tu propósito debe ser el de cambiar a la humanidad, salvar a todos los animalitos del mundo o ser un modelo de bondad. Lo único que tienes que hacer, es escuchar tu voz interior.
La espiritualidad es entrar en un estado de armonía.
Así que ser espiritual es importante porque implica un desarrollo personal. Las personas espirituales han conseguido los objetivos que se proponían. El resultado es que la autoconsciencia positiva es una necesidad porque, a la larga, serás más feliz. Has de conocerte a ti mismo, saber cuales son tus potenciales, sanar tus heridas y llegar al camino de la felicidad.
Tenemos demasiada espiritualidad, retiros, religiones, meditaciones, gurús… para buscar aquello que nunca se ha perdido. Cada vez es más difícil distinguir si se trata de una moda o algo real e incluso si hay ganas de demostrar lo “espiritual” que uno es. No hace falta viajar a la India para "descubrirte a ti mismo" porque siempre viajas contigo mismo y te puedes descubrir en el WC de tu propia casa.
Lo que tienes que llegar a descubrir es tu propia hipocresía y tu ego.
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